Greta Thunberg, activista climática sueca de 16 años, habla en el Consejo Económico y Social de la Unión Europea, ante Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Hace un discurso contundente: “nuestros líderes políticos han derrochado décadas a través del negacionismo y la inacción”. En otras palabras, “no han hecho sus deberes”.
Ahora giramos un poco la vista atrás. El año 1972 se publica el famoso ‘The Limits to Growth’ (Los límites del crecimiento), un informe del MIT (Massachussets Institute of Technology) a petición del Club de Roma. Un informe que avisaba de que el crecimiento económico tiene unos límites marcados por el planeta y de que nos estábamos acercando peligrosamente a ellos.
Veinte años más tarde, en 1992, se celebra en Rio de Janeiro la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Allá se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que llevó a la aprobación del Protocolo de Kioto en 1997. El objetivo principal era reducir las emisiones de efecto invernadero para parar el calentamiento global.
Pues bien, nos encontramos casi 27 años después y, en este tiempo, no se ha conseguido en ningún momento reducir estas emisiones y el calentamiento global se está acelerando de manera alarmante. Efectivamente, los políticos no han hecho sus deberes.
Ahora mismo, ¿cuál es la situación? En octubre de 2018 se publicó el último informe del IPCC, el Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático. ¿Y qué dice el siempre prudente IPCC? Pues que no tenemos que superar el grado y medio de incremento de la temperatura sobre la época preindustrial porque calculan que si llegamos a 1’7 grados de incremento llegaríamos a un punto de no retorno y se iniciarían unas dinámicas que posiblemente ya no podríamos parar y que pondrían en grave riesgo la vida de la mayoría de las especies, incluida la nuestra. Estamos en el sexto acontecimiento de extinción masiva, y ahora mismo ya estamos provocando que cada día se extingan más o menos 200 especies.
Al ritmo actual de emisiones, el IPCC calcula que el grado y medio se podría lograr el 2030. Para evitarlo, los científicos nos dicen que las emisiones de dióxido de carbono tendrían que haber disminuido en 2030 aproximadamente un 45% respecto a 2010 y lograr el cero limpio el 2050. Y esto implica “cambios rápidos, amplios y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad”.
¿Ante estos datos, crees que podemos continuar nuestras vidas como si no pasara nada? Para verlo de otro modo, si tu médico te dice que han descubierto que tienes una dolencia grave y que se tiene que actuar rápido, ¿cuál sería tu reacción?
Tenemos que dejar de hablar de “desarrollo sostenible” o incluso de “cambio climático”. Ahora toca debatir de la emergencia climática y de cómo evitar el colapso. El sistema ha declarado la guerra a la vida, ignorando de forma deliberada dos dependencias innegables: la ecodependencia y la interdependencia. Por este motivo, cada vez más personas y colectivos están reaccionando, se están negando a la resignación y se están uniendo en esta lucha. Una lucha primordial, primordial porque, como decía una pancarta, si la perdemos, las perdemos todas.
Ahora bien, esta lucha nos permite trabajar por este mundo mejor en el cual muchas personas soñamos. Un mundo más justo, más solidario, menos consumista y materialista y donde se valoren las cosas que realmente importan. Por experiencia propia, me veo con fuerzas de afirmar que es posible vivir de forma más austera (en el buen sentido de la palabra, y siempre que tengas cubiertos unos mínimos) y ser más feliz.
Este sistema social en el que vivimos nos quiere entretenidos y no quiere que nos paremos a pensar si tiene sentido lo que hacemos. Precisamente por eso, parece una necesidad importante el poderse parar a reflexionar, el salir de la comodidad, intentando evitar el narcisismo y la alienación que nos rodea y nos seduce constantemente, y mirar de encontrarle un sentido en nuestra vida, buscando una que sea más humana.
La respuesta no se encuentra en el viento, como decía Bob Dylan. La respuesta acostumbra a encontrarse en el amor. En el amor a la naturaleza, a los paisajes que forman parte de nuestra vida, amor al resto de seres vivos y amor, sobre todo, a las personas.
Todas estamos en el mismo barco y todavía tenemos tiempo de girar y reducir la velocidad para evitar el iceberg, siempre que no busquemos solo salidas individuales. Siguiendo con las metáforas cinematográficas que pueden describir nuestra crisis civilizatoria, estamos en el tren que llevaba a los hermanos Marx al Oeste y tenemos que dejar de quemar el tren donde vamos. Cómo dice la Greta, necesitamos una “completa nueva manera de pensar”. Y yo añadiría, necesitamos mucha valentía y coraje y sobre todo estar siempre del lado de los más débiles, teniendo en cuenta que para tener éxito necesitaremos importantes transformaciones a nivel económico, cultural y político.
En esta línea, uno de los movimientos sociales que han surgido en los últimos meses es Extinction Rebellion (XR). Se trata de un movimiento internacional de desobediencia civil, surgido en el Reino Unido (donde empezó la Revolución Industrial), que utiliza la acción directa no violenta. Ha sido apoyado por personas de la talla de Noam Chomsky, Naomi Klein o Vandana Shiva. Y desde hace un par de meses ha nacido un grupo local del movimiento, que hemos decidido denominar Rebel·lió o Extinció – XR Barcelona.
Hemos realizado nuestra propia declaración, adaptada de la británica, donde exponemos la gravedad de la situación y señalamos a las élites económicas y políticas, con sus medios de desinformación y distracción masivos. En nuestra opinión, “la época actual se puede comparar a la situación previa a la Revolución Francesa. En aquel momento, los que tenían el poder y el dinero no pagaban impuestos, y los que pagaban los impuestos no tenían ningún poder real”.
Los movimientos políticos reaccionarios y autoritarios que ahora están surgiendo pretenden favorecer a estas élites, crear división y agravar la situación todavía más. ¿Qué medidas toman políticos como Trump o Bolsonaro? Reducir impuestos a los ricos, decir que el cambio climático no existe y autorizar el continuar destruyendo la naturaleza todavía más.
Por otro lado, creemos que esta lucha por la vida tendría que servir para unir muchas de las luchas sociales actuales, que intentan hacer avanzar a la sociedad y que no nos quiten derechos sociales, económicos o políticos que han costado décadas o siglos de lucha.
Por todas estas razones nos declaramos en rebelión no violenta contra todas las instituciones corruptas e ineptas que amenazan nuestro futuro. Y exigimos:
1. Verdad. Los gobiernos y los medios de comunicación tienen que decir la verdad sobre la gravedad y urgencia de nuestra situación.
2. Acción. Exigimos políticas para reducir de forma rápida y drástica las emisiones de efecto invernadero, con justicia social.
3. Democracia real. Asambleas ciudadanas que impulsen y supervisen la revolución ecológica y social necesaria.
Mi rebelión particular nació después de leer un artículo de D. Rushkoff, uno de los intelectuales más influyentes del momento, donde explicaba una reunión con unos 100 banqueros de inversión y cómo llegó a la conclusión que estas élites se limitan a aceptar el más oscuro de los escenarios y a reunir todo el dinero y la tecnología posible para aislarse. Poco después leí sobre XR…
Estas semanas se está produciendo una ebullición de las protestas y acciones por el clima a nivel planetario: Huelga Global de estudiantes el 15 de marzo y Rebelión Internacional de XR a partir del 15 de abril, principalmente. ¿Cuál será tu momento de rebelión?
Querría acabar con una de mis grandes pasiones, la música: Muse canta “Time is running out”, Elvis cantaba “It’s now or never”, Lennon imaginaba un mundo mejor y cantaba “You may say that I’m a dreamer, but I’m not the only one” y Gloria Gaynor cantaba “I will survive”.
Pues eso, que sobreviviremos porque amamos la vida, porque tenemos pasiones y porque tenemos sueños. ¿Cuáles son los tuyos?
Lucha por aquello que quieres y como dicen en algunas manis: No nos mires, ¡únete!
Rebel Rebel
Miembro de XR Barcelona