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Carta a mis compañeras educadoras

A mis compañeras educadoras,

Os escribo esta carta para deciros, por si aún no lo habéis oído, que he decidido dejar la educación secundaria. Mi último día en la escuela, después de diez años, fue el 10 de febrero y quiero explicar por qué he tomado esta decisión.

Me acuerdo con claridad el día de octubre de 2018 que leía por la mañana el titular de The Guardian “La humanidad ha aniquilado al 60% de las poblaciones de animales desde 1970“. Me detuve en seco con esta información devastadora, y me di cuenta de que, aunque ya era consciente de la crisis climática a través del informe del IPCC de 2018, y de los enormes problemas con la contaminación plástica, que esto era a lo que se referían con la Sexta Extinción Masiva.

Recuerdo estar sentada en la comida con dos compañeros. La conversación era normal… fútbol y política, pero todo parecía fútil en comparación con esta revelación. Necesitaba involucrarme en una conversación al respecto, necesitaba encontrar una manera de compartir la gravedad del asunto, y decidí redirigir la conversación y decirles a mis colegas lo que había leído.

Pasé aturdida aproximadamente un mes en noviembre de 2018. Greta ya había comenzado sus huelgas escolares los viernes para el futuro, “Fridays For Future“; ya se había formado Extinction Rebellion, que estaba preparando acciones de desobediencia civil. La ciencia estaba clara, los informes del colapso climático y ecológico ocasionalmente aparecían en los titulares, pero no hubo reacción entre personas ajenas a los activistas y periodistas que ya lo seguíamos. Actuar con normalidad como si nada sucediese “business as usual” era la reacción dominante, incluso en la educación secundaria.

Me resultaba cada vez más extraño que las escuelas, cuya labor es educar a las generaciones futuras, no reaccionaran y no compartieran información sobre el problema más importante que la Humanidad haya enfrentado. Nuestro futuro más que probablemente incluirá millones de refugiados climáticos, los efectos devastadores del colapso climático y ecológico en lugares de todo el mundo, no seguirá siendo “lo de siempre” (“business as usual”). Necesitamos prepararnos a nosotros mismos y a las generaciones futuras para hacer frente a estos problemas y, en última instancia, resolverlos.

“Creo firmemente que las múltiples crisis a las que nos enfrentamos son síntomas de nuestro hábito patológico de habernos comprendido y experimentado a nosotros mismos como seres ajenos a la naturaleza, separados el uno del otro y de la red de la vida.”

No sé en qué medida podré tener un impacto positivo en revertir el colapso ecológico u ofrecer educación ambiental de una manera que inspire y promueva el cambio de comportamiento, tan sólo soy una persona entre siete mil millones. Pero sé que mi tiempo no está bien invertido enseñando a los estudiantes de cara a que obtengan nota en los exámenes. No creo que las prioridades del sistema de educación formal sean correctas, y realmente creo que los estudiantes aprenderían más con un día en soledad en la naturaleza salvaje que estando metidas dia si y dia también dentro de un edificio rectangular.

Sé que no soy la única que piensa así. Éstas son citas del dr. Daniel Christian Wahl, en su libro de 2016 “Diseñando culturas regenerativas”:

“La mayoría de los graduados universitarios están equipados con conocimientos y habilidades obsoletos para cuando se gradúan. La sobreespecialización ha limitado su capacidad de pensamiento integrador, lateral y holístico”

“Pasar tiempo en soledad en la naturaleza salvaje nos ayuda a tener la mayor conversación que somos capaces de tener con el mundo.”

Cuando comenzó la nueva década, me di cuenta de que, dado que nuestro futuro depende de la salud de los ecosistemas en todas partes, ¡poner mi energía en regeneración y promover el pensamiento de los sistemas vivos es lo que debería hacer!

Para tener alguna posibilidad de lograr la transformación que evitará los ciclos de retroalimentación y la pérdida de la mayor parte de la vida en la Tierra, necesitamos elevar la alfabetización ecológica y social de todos. El sistema de educación formal que conozco no está poniendo suficiente énfasis en esto. El límite de tiempo para hacer estos cambios es de 10 años. El año pasado quedaban once años, ¡y aún no se han tomado medidas cercanas a la escala de acción necesaria desde que los científicos nos lo han comunicado!

Además de unirme a Extinction Rebellion, la Asociación Boodaville es donde dedicaré mi tiempo de ahora en adelante. Fundé la asociación en 2016 con colegas de los ámbitos de de sostenibilidad y permacultura, y llevo ocho años construyendo lentamente un proyecto de educación ecológica en la tierra que poseo en el Matarranya. Estamos ejecutando proyectos que implementen agricultura regenerativa orgánica y una gestión forestal holística bien diseñada, que son soluciones prácticas que se han identificado como de importancia crítica.

Pero el cambio más importante, como se identifica en un informe de la ONU de 2012 titulado “Gente resiliente, planeta resiliente“, es empoderar a las personas para que tomen decisiones sostenibles. Este cambio se puede lograr mediante el tipo correcto de educación, que ahora creo firmemente que se debe impulsar con la inclusión de estancias en los bosques y espacios naturales. En el futuro, o comenzando ahora, todos vosotros tenéis la oportunidad de ser parte de estas soluciones, o parte de los movimientos sociales que reclaman acción.

Boodaville es un proyecto sobre Permacultura, que es una palabra para diseño ecológico, y os invito directamente a manteneros en contacto conmigo y con el trabajo que estamos haciendo. Con ayudas de la UE, podemos ofrecer plazas financiadas para que los jóvenes aprendan en la naturaleza o desarrollen sus propios proyectos, y sería una verdadera alegría para mí saber que muchos de vosotros pensáis que esto también es importante.

En boodaville.org o aquí podeis suscribiros para manteneros en contacto. Si alguno de vosotros se siente abrumado por la realidad de la “sexta extinción masiva” y el “colapso climático”, no estás solo/a. Un punto de partida para abordar estos problemas es un grupo de Adaptación Profunda y en la Alianza de Psicología Climática ofrecen apoyo y asesoramiento.

Despierta, teme menos y ama más.

Anna Louise Gurney

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